Su vibración y su energía son tan elevadas, pura frecuencia de Amor sin interferencias. Su amor es tan grande que lo sientes y lo experimentas en tu Ser. La tierra y los seres humanos necesitamos mucho Amor, los delfines están aquí para llenarnos del amor más puro y profundo, su vibración llega y nos abraza. Su sonido, su frecuencia y su presencia nos bañan de amor, sanan, equilibran y elevan nuestra vibración. Despiertan el Amor que somos que puede estar silenciado y apagado. Somos un@ y al fusionarnos, la dicha es inconmensurable, la fusión, el estado del Amor, lo más poderoso. Más arriba, tienes un vídeo de sonidos de delfines con música relajante, ponte cómod@ y disfruta de la sanación con los delfines y la fusión con ellos, déjate llevar.

Gracias delfines.

Abandonarse, rendirse al amor, dejar de luchar, soltar las armas, las tensiones, los miedos, la rigidez, el sufrimiento y entregarse al amor, con los brazos abiertos, el pecho abierto, expansión, ligereza, confianza en la vida, apertura, fluir, quietud, calma, paz mental, plenitud. La mente al servicio del corazón. Respirar profundo llenando cada parte del organismo con tanta paz y bienestar, con tanto espacio, sin presión ni oposición, el aire entra, llena y llena, el cuerpo y el alma se expanden, un maravilloso bienestar, apertura interna y del cuerpo. Ríndete al amor, el amor que es la energía de la que estamos hechos, la energía que nos mantiene con vida, la energía que nos rodea, aquello que anhelamos, está aquí, estamos hechos de amor. Abre, expande, sé el amor que eres, cuando te dejes y te permitas ser, desde el alma, desde el corazón, tu vida se llenará de amor, gratitud, calma, paz. Suelta las cadenas de la mente, que oprimen tu ser y el amor que eres. La mente al servicio del corazón, la llave a tu nueva vida.

Seres de Luz.

Aquellos abrazos, sentidos por primera vez con esa intensidad, con ese amor tan grande, esa fusión nunca antes experimentada, el regalo más maravilloso sentido desde lo más profundo del ser, dejando de sentir los límites del cuerpo de uno y el otro, sin forma ni peso, sin cuerpos que nos separen, una unión, sin principio ni fin, donde el tiempo se para y te sientes en las nubes, en un lugar seguro, en casa, vibrando de amor por todas partes, esa sensación siempre estará en mí, ese gran regalo que me fue dado a través de mi padre. Con el descubrí la magia y ese amor tan puro que fuimos capaces de ser y compartir, abriendo los corazones de par en par , entregándonos por completo, con todo nuestro ser, abiertos en canal, rompiendo cualquier muro, cualquier construcción con la que no nos dejamos ser y abrirnos de par en par por miedo a no ser aceptados, por miedo a no ser suficiente, por miedo a sufrir, conteniendo así toda la luz que somos, ocultándonos para que no se nos note pasar. Derribar esos muros, esas construcciones tan altas que nos alejan de lo que realmente somos, que nos ocultan y así vamos olvidando toda nuestra grandeza, vamos haciéndonos pequeños y dejando muy enterrado todo el amor y la luz. Esa semilla de amor plantada a través de mi padre fue el mayor regalo, fue lo más maravilloso que vivimos juntos, no hay nada más maravilloso que entregarte con el corazón abierto de par en par y fusionarte con el corazón abierto del otro. Esos abrazos interminables y tan inmensamente sanadores con los que no hacían falta las palabras, nos lo decíamos todo sin que los sonidos salieran de nuestra boca. Era el mejor momento de cuando veía a mi padre, los abrazos de la llegada y los abrazos al despedirnos. Esto no siempre fue así, todo empezó cuando mi padre empezó a verse y a sacar a la luz su grandeza, aceptar su gran luz, su gran ser, al reconocerse y reconciliarse con el mismo, al derribar todos esos muros y mirarse con amor. Y a través de su aprendizaje, en mi empezó a pasar lo mismo, al empezar a reconocernos cada uno, al empezar a abrir cada uno su corazón, se pudo dar la magia de abrir nuestros corazones y compartir ese amor que empezábamos a ver cada uno en su interior. Mi padre me dio la vida por segunda vez. Dejé de existir para empezar a vivir, dejé mi lucha y mi sufrimiento para empezar a verme y rescatarme, para abrazarme a mi misma, levantar la mirada, respirar profundo, reconocer todo mi ser, validarlo y darle valor. Un largo camino me esperaba, pero ya no había marcha atrás, había despertado.

A mi padre, con todo mi Amor,

Nuria.

La luz de tu corazón es luz divina, no es que esa luz llegue a ti, es que estás hecho de luz divina, esa es tu esencia. La luz se expande desde ti, para compartirla con el mundo. La separación es una ilusión aquí en la tierra, todos somos uno. Despierta en ti la grandeza, los dones que has venido a expresar, a ser y compartir, así favorecerás al gran todo que formamos. Vives una gran ilusión de separación, estamos todos unidos, fusionados en esta gran creación. El amor es la esencia, el gran motor, lo que nos mueve y nos sustenta. Eres un ser de amor y de luz, ante tus ojos se revela la grandeza de la existencia, esta creación para vivir, experimentar, aprender y saber lo que es la tierra, el dolor, la tristeza, el miedo… y ahí, descubrir la luz, tu luz. La humanidad atraviesa un gran cambio, una sintonía nueva hacia el amor más puro y es necesaria tu vibración para que sea posible. Es tiempo de que descubras tu gran inmensidad, tu valor, valía y el ser tan importante e imprescindible que eres, una vida abierta en amor, la experimentación sublime de la vida que te espera. ¿Sabes? Tu creas tus propias realidades, como ser divino que eres, tienes el poder de crear tu propia realidad. A veces crees que la vida te trae todo aquello que no te gusta y a veces tu creas todo aquello que no te gusta. No sabes lo maravilloso y poderoso que eres, por eso te sucede. Cuando descubras, sientas e integres, que eres la luz que buscas, tu vida cambiará ante tus ojos, todo tendrá otro color porque habrás cambiado tu visión hacia ti y el mundo.

Cuando te veas como creador de tu vida y recuperes el gran poder que habita en ti, la explosión de amor, será.

Os amamos y acompañamos,

Jesús.